lunes, 24 de marzo de 2014

La cúrcuma

Por norma general, los médicos son bastante reacios o escépticos  a la hora recomendar a sus pacientes "medicina alternativa", para ellos parece ser que es preferible esperar a estar enfermo para entonces tomar algún tipo de medicamentos y entonces sanar ( es posible que tengan algún interés económico ). Cuando yo pienso, que es preferible avanzar nuestras líneas de defensa y no esperar a tener al enemigo en casa.
Que quiero decir con esto, que la medicina convencional va muy bien en casos de urgencia, pero en lo que se refiere a la prevención deja mucho que desear y aquí es donde pueden entrar en juego todo lo que se refiere a suplementos nutricionales, vitamínicos, plantas, etc.., los cuales, tienen muchos beneficios para la salud y están más que estudiados y documentados. Lo mejor es que, por norma general, no tienen ningún tipo de efecto secundario sobre todo si nos mantenemos dentro de los límites recomendados.

Un ejemplo de planta medicinal no muy conocida y que creo que merece la pena hablar de ella, es la cúrcuma, también llamado "azafrán de la India" y es un componente del curry. Su principal componente es la curcumina, uno de sus componentes activos y responsable de su actividad biológica, se sabe que es una sustancia estable en el estómago e intestino delgado. Las últimas investigaciones sobre los efectos biológicos de la cúrcuma están encaminados a sus propiedades anti cancerosas frente al cáncer de colon y duodeno, ya que parece capaz de inhibir el crecimiento de todas las células tumorales y de inducir su suicidio.  Entre sus propiedades, una de las más interesantes es su gran poder antiinflamatorio lo que nos mantiene alejados de enfermedades de tipo neurodegenerativo, como el Alzheimer y el Parkinson, y otras como el Cáncer. Todas tienen  en común, una base inflamatoria, y están provocadas por el estress y una alimentación muy alejada de nuestro diseño evolutivo. La curcuma al actuar sobre los radicales libres nos aporta unos beneficios muy importantes, reduce el daño oxidativo a lípidos, ácidos nucleicos y proteínas.
Es muy recomendable para los que sufren artritis, pues ayuda a calmar el dolor y eliminar toxinas del organismo, por lo que si practicáis algún tipo de deporte podría ser interesante aliado contra el dolor articular y la inflamación.
Por otra parte, la curcumina también tiene efectos protectores sobre el hígado, el sistema gastrointestinal, al tener propiedades anti bacterianas y también  efectos cardioprotectores gracias a su poder para combatir los radicales libres, causantes principales de que nuestro colesterol cambie al dañino patrón b de las LDL.

Los estudios realizados con animales han revelado que protege las paredes arteriales del daño causado por la homocisteína, un aminoácido que fabrica el cuerpo, que se encuentra de forma natural en la sangre y tejidos del ser humano y normalmente se transforma en otros aminoácidos para que los utilice el cuerpo. Los altos niveles de este aminoácido suelen darse por falta de ácido fólico, B6 y B12 y pueden provocar trombos debido a que afecta a la sangre, haciendo más adhesivas las plaquetas y por este motivo, se está teniendo en cuenta como marcador para predecir el ictus y el infarto.

La curcuma parece actuar sinérgicamente con el Resveratrol, conocido por ser un componente de la uva y por tener una gran propiedad antienvejecimiento, gracias a su poder antioxidante. A mi parecer todos son ventajas y no deberíamos pensar ni un segundo el incorporar esta sorprendente planta a nuestro especiero para enriquecer nuestra dieta.
















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